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OpenAI, Google y Meta compiten por dotar de memoria a la IA: ¿avance personalizado o riesgo para la privacidad?


Los gigantes tecnológicos están inmersos en una nueva carrera por el dominio de la inteligencia artificial. Esta vez, el foco no está en que los modelos sean más potentes o veloces, sino en que recuerden. OpenAI, Google, Meta y Microsoft han intensificado en los últimos meses el desarrollo de funciones de memoria para sus chatbots, una apuesta que apunta a mejorar la experiencia del usuario... y a mantenerlo cautivo dentro de sus ecosistemas.




 ¿IA con memoria? El nuevo campo de batalla

Hasta ahora, los chatbots funcionaban como una hoja en blanco: cada conversación empezaba desde cero. Pero eso ha empezado a cambiar.

OpenAI ha incorporado en ChatGPT funciones que le permiten recordar preferencias del usuario, su estilo de escritura o temas de interés. Google ha hecho lo mismo con Gemini, extendiendo la memoria más allá del chatbot para incluir incluso el historial de búsqueda —siempre con el permiso del usuario—. Y Meta ha comenzado a implementar memoria en sus bots de WhatsApp y Messenger, que ahora pueden hacer referencia a conversaciones pasadas.

Microsoft, por su parte, ha ido más allá con su herramienta Recall, que toma capturas periódicas de pantalla para registrar la actividad del usuario en sus dispositivos con Windows. Aunque afirman que se puede desactivar, la idea de que el sistema "lo recuerde todo" genera inquietud.


 Fidelización del usuario... y nueva vía de monetización

Los expertos coinciden: el objetivo no es solo ofrecer una mejor experiencia, sino fidelizar al usuario. “Una vez que un asistente de IA te conoce bien, es difícil cambiar a otro”, apunta Pattie Maes, profesora del MIT Media Lab.

La memoria, al igual que en los humanos, crea vínculos. Y eso, en el negocio digital, es oro puro. Cuanto más sepa la IA sobre ti, mejores recomendaciones de productos puede hacer. Mejor aún: puede anticiparse a tus necesidades.

Mark Zuckerberg no se anduvo con rodeos el mes pasado: "Integrar publicidad y recomendaciones de productos personalizadas en los chatbots será una gran oportunidad".

OpenAI también ha optimizado las capacidades de compra de ChatGPT, integrando reseñas y productos para que el asistente pueda ayudarte —o tentarte— directamente dentro del chat.


 Privacidad, manipulación y el lado oscuro del recuerdo artificial

Pero este avance tiene un lado inquietante. Cuanto más personal es una IA, más sensible es la información que maneja. Y los riesgos no son solo técnicos, sino también éticos y comerciales.

Los expertos alertan sobre la posibilidad de que estas IAs sean utilizadas para manipular a los usuarios, adaptándose a sus emociones o sesgos para dirigir sus decisiones de compra… o incluso de opinión.

Cuanto más te conoce un sistema, más puede usarse en tu contra”, advierte la profesora Maes. “Hay que cuestionar los incentivos de las empresas detrás de estos servicios”.

Además, la memoria de los modelos puede deteriorarse. Ya se ha visto con GPT-4o, la versión más reciente de OpenAI, que fue criticada por ser excesivamente complaciente con los usuarios. La compañía tuvo que revertir a una versión anterior del modelo.

Y no solo eso: las IA siguen siendo vulnerables a las llamadas “alucinaciones” —respuestas falsas o sin sentido—, y a la deriva de memoria”, cuando los recuerdos guardados se vuelven confusos, contradictorios o simplemente incorrectos.


¿Qué futuro nos espera con IA que recuerda?

La memoria en la IA es, sin duda, una innovación poderosa. Puede hacer que nuestros asistentes virtuales sean más útiles, personales e incluso entrañables. Pero también plantea desafíos delicados: ¿quién controla esa memoria? ¿Cómo se protege? ¿Y hasta qué punto queremos que una máquina nos conozca mejor que nosotros mismos?

Una cosa está clara: el futuro de la inteligencia artificial no será solo cuestión de cálculo, sino también de recuerdo. Y lo que hoy parece comodidad, mañana podría ser dependencia.

La memoria no es neutra. Es poder”, decía un viejo historiador. En la era de la IA, esta frase cobra un nuevo y inquietante significado.


¿Te gustaría que tu IA recordara todo sobre ti? ¿O prefieres empezar cada charla como si nada hubiera pasado?